Recinto al aire libre anexo a la torre del campanario de la Iglesia Parroquial. Entre los años 1756 y 1816 se utilizó como cementerio, hasta que se construyó el cementerio actual.
Este enclave ofrece una atmósfera única, en pleno corazón urbano de Sant Jordi, siendo un lugar encantador para cualquier persona que lo visite. Es por ello que desde hace muchos años se sigue utilizando para acoger celebraciones artísticas, tales como representaciones teatrales al aire libre, audiciones musicales, o eventos de especial singularidad como la visita de los pajes reales en Navidad.